Un sistema frigorífico está diseñado primordialmente para disminuir la temperatura del producto almacenado en una cámara de refrigeración, las cuales pueden contener una gran variedad de alimentos o compuestos químicos, según para lo que se utilice. El sistema lo que consigue es trasladar la energía térmica, en forma de calor, entre dos o más focos.
Un sistema frigorífico no es un circuito de refrigeración, este último lo que hace es disminuir la temperatura con motores de combustión interna por medio de agua, un enfriamiento clásico. Aunque también encontramos circuitos de refrigeración más modernos como el denominado water cooling que se utiliza en el enfriamiento de computadores.
El sistema frigorífico es bastante más complejo por lo que se suele presentar aparte. En su diseño se aplican ciencias como la química, en las propiedades y la composición de los refrigerantes, la termodinámica, en el estudio de las propiedades de la materia y su energía interna, la transferencia de calor, con el estudio de intercambiadores de calor y soluciones técnicas, o la ingeniería mecánica, en el estudio de compresores de gas para lograr el trabajo de compresión requerido.
Por supuesto, no dejamos de lado la electricidad, necesaria para los conocimientos de corrientes trifásicas para alimentar los equipos y conocimientos más avanzados en automatización y PLC para el control automático que requieren cuando ya están operando en la planta frigorífica.
Los sistemas frigoríficos se diferencian entre sí conforme su método de inyección de refrigerante y configuración constructiva, ambos condicionados por sus parámetros de diseño. De esta manera, y haciendo un adecuado balance de masas y energías, es posible encontrar la solución adecuada a cualquier solicitación frigorífica.
